La música que acompaña, como paisaje sonoro a los versos y al ánimo con los que están escritos, está compuesta por Arvo Pärt: "Da Pacem Domine". "Esto que siento encima, que me cubre como manto de aurora, no sabiendo por qué, me dice mucho más que mil páginas de versos sagrados. Este eterno latido de un corazón ausente, qué cercano lo siento. Es el canto que bulle cuando quedo en silencio atravesado de dicha y de luz. Todo esto tiene fin, pero qué hermosos son los principios." Enrique Linares Martí