KOUKAN NIKKI, diario compartido de Mila Villanueva y Ana Gómez-Pavón


 

Koukan Nikki
(Diario compartido)
Editorial Olé Libros.
 
 
   Con el libro de Mila Villanueva y Ana Gómez-Pavón: Koukan Nikki, un diario compartido, estoy abriendo las puertas de un templo de sugerentes y hermosas palabras, de una mirada a lo desconocido que siempre nos sorprende y atrae. Estoy iniciando un viaje "siguiendo los dictados del corazón" que a veces nos incita a cerrar los ojos. Abro las puertas de un libro que es un templo de agradecimiento a una cultura, como es la japonesa, llena de sensibilidad y delicada belleza.
 
   Porque sobre todo este libro de Mila y Ana es un tributo estético a una sociedad que siempre nos ha atraído por la delicadeza de su lenguaje y la interpretación poética de todo lo que le rodea.
 
   Dice Ki no Tsurayuki en el prefacio del Kokinshu: “La poesía de Japón tiene su raíz en el corazón humano, y su expresión ha evolucionado de diversas formas. El hombre de este mundo, teniendo miles de cosas para emprender y concluir, se ha visto llevado a expresar sus pensamientos y sensaciones sobre todo lo que ve y oye. Después de escuchar el canto del uguisu entre las flores, y la voz del kawazu que habita los estanques, no podemos más que preguntarnos si existe un ser vivo sin canción.”
 
   Mila nos invita con las fotos de Ana a una serena contemplación de lo que observamos en las imágenes. “Disfrutaré cada momento sin preocupaciones como la corriente del agua.” Porque con ellas querido lector viajamos por sus páginas llenas de asombros por todo lo que descubren, una de las autoras con el objetivo de su cámara y la otra con sus versos. Nos proponen traspasar un torii y adentrarnos en unos conceptos que nos resultan inefables.
 
   Quiero destacar en que la brevedad de sus poemas, la escasez de palabras que encontramos en el libro, son las necesarias para que su lectura no nos haga divagar en pensamientos y reflexiones que nos distraigan en ese viaje. “Me adentro en el parque. Un arce gotea en rojo sobre el estanque.”
 
   No sé por qué, leyendo este diario recuerdo un texto de Marguerite Yourcenar:
 
   “Quisiera consignar un milagro trivial, del que uno no se da cuenta hasta después que ha pasado: el descubrimiento de la lectura. El día en que los veintiséis signos del alfabeto dejan de ser trazos incomprensibles en fila sobre un fondo blanco, arbitrariamente agrupados, y se convierten en una puerta de entrada que da a otros siglos, a otros países, a multitud de seres más numerosos de los que veremos en toda nuestra vida, a veces a una idea que cambiará las nuestras, a una noción que nos hará un poco mejores
o, al menos, un poco menos ignorantes que ayer.”
 
   Los pequeños poemas de Mila son una ventana a nuestro asombro y a descubrir como dice Marguerite una puerta que “nos hará un poco mejores o, al menos, ser un poco menos ignorante que ayer.”
 
   Para terminar me gustaría señalar el acierto de la maquetación y edición del libro. En cierta manera acompaña perfectamente a la idea de las dos autoras en mostrar su diario por tierras japonesas.
 
   Al cerrar este libro nos proponen que busquemos nuestro ikigai: “Pacientemente, la anciana va enrollando el hilo. Ya ha descubierto su razón de ser.”
 
   Os invito a buscarlo con su lectura.
 
   Gracias Mila y Ana por este agradable viaje que es vuestro Koukan Nikki.
 
Enrique Linares Martí
 
  
 
 
 
 
 
 

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